Camina plácido entre el ruido y la prisa, y piensa que
la paz se puede encontrar también en medio del bullicio.
En la medida de lo posible y sin rendirte, mantén buenas
relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad con serenidad y claridad.
Escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante;
también ellos quieren decir su propia verdad.
Evita a las personas ruidosas y agresivas
porque son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás te volverás arrogante,
pues siempre habrá personas más pequeñas;
y amargado, por aquellas más grandes que tú.
Disfruta de tus éxitos y elabora tus planes con ilusión.
Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que
parezca ser, ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.
Solo si eres sincero contigo mismo, podrás ser sincero con los demás.
Ama con devoción y no finjas afectos ni cariños.
A pesar de todas las arideces y desengaños,
los amores, afectos y cariños son verdaderos tesoros.
Temores, frustraciones y amarguras nacen de la fatiga y la soledad.
Acata dócilmente el consejo de los años.
Abandona con donaire las cosas de la juventud.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.
Cultivando la firmeza de espíritu estarás protegido frente a las adversidades repentinas.
Eres parte del universo, y al igual que plantas,
estrellas y otras criaturas tienes derecho a existir. Te resulte claro o no, indudablemente el Universo marcha como debiera.
Si crees en algún dios y cualquiera que sea
su imagen, debes estar en paz con él.
Si no, sean cualesquiera tus afanes, trabajos y aspiraciones
conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con sus farsas, penalidades y sueños fallidos
el mundo y la vida son todavía hermosas.
Sé cauto, ESFUERZATE POR SER FELIZ.
Excelente!
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Qué belleza!
Cuánta verdad!!!
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[…] Desiderata (*) […]
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