Qué agradable resulta encontrar personas que comparten ese cariño y casi devoción por el amado Escarabajo. Siempre que leo o escucho algo positivo sobre este «bichito» siento un enorme respeto, afecto y afinidad por quien lo hace.
Qué estimulante resulta saber que todavía existen en este planeta personas que aún poseen valores. Personas para las cuales los afectos y los sentimientos aún tienen importancia. El automóvil se ha convertido y desde hace mucho tiempo en el más evidente, frío y arrogante medio para ostentar nuestra -supuesta o real- capacidad económica. Arribismo puro y simple.
El automóvil viejo en nuestro medio es eso: una cosa vieja, vergonzante, que desdice de nuestra posición, de nuestra clase y aún de nuestro supuesto abolengo. Cada día hay más personas que están ávidas de posesiones materiales. Cada día más personas creen que las posesiones caras y vistosas elevan su categoría y prestigio. Cada vez más, el valor de las personas equivale al valor de sus pertenencias.
Lo más sorprendente es que esas mismas personas viven quejándose de la poca calidad del ser humano moderno. Qué paradoja más triste resulta constatar que las personas han sido capaces de hacer mejoras sorprendentes en sus creaciones y muy poco han hecho por el mejoramiento de su propia calidad humana.
Solo les digo, mis queridos amigos, que si poseer, usar y amar un auto «viejito» que funcione tan bien como en sus primeros tiempos es una suerte, si se trata de un VW Escarabajo es un privilegio de pocos.
Es un privilegio que nada tiene que ver con el dinero, la clase, el abolengo o el prestigio de la personas. Es un privilegio que habla de amistad, sentimientos, sensaciones, vivencias, recuerdos, penas, ilusiones, frustraciones y también picardías.
yo quiero otrooo
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Muy jodido conseguirte otro igual….!
Un abrazo
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En efecto los autos viejitos, para los que disfrutamos de ellos, son nuestro entretenimiento, nuestro desafío de fin de semana, es poner a prueba nuestro ingenio y también por nuestro bolsillo; pero al final del día no hay nada más reconfortante que ver cómo estas piezas de ingeniería diseñadas, en mi caso hace 46 años, funcionan de maravilla.
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Gracias Pancho por tu comentario. Me halaga contarte entre mis lectores, conociendo tu afición y conocimientos sobre este tema tan entretenido.
Un abrazo
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Y es aún mayor privilegio andar en uno, con chofer incluído. Con un chofer que ama tanto al VW, que ha tenido un idilio tan largo con el escarabajo, con el cual es imposible de competir porque rebasa con creces, en tiempo e intensidad, a los idilios que con mujer alguna haya tenido (ni sumándonos a todas). Pero que en todo caso, a lo menos, podemos montarnos en el idilio. Es un alivio.
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