Esta imagen me recuerda esa actitud de muchas mujeres y hombres jóvenes que creen que los hijos son una especie de objetivo en la vida. Algo necesario para elevar la categoría o jerarquía personal. Tal cual lo hacemos en un supermercado, cargamos nuestro carrito de compras con todos aquellos productos que nuestra vanidad y necesidad demandan.
Poco pensamos en que cada hijo es una persona, es el futuro de una nación, de la humanidad entera y no un artículo de primera necesidad, aquel artículo que nos cambia de estatus, que nos eleva.
El futuro que se joda. Ya habrá quien se ocupe de eso.