Algunas visiones me recuerdan el contradictorio mundo en el que vivimos. La imagen, captada en un cementerio quiteño, es un ejemplo de eso.
Miles de personas transitando por la vida con la muerte a sus espaldas. Sin ánimos, sin ilusiones, sin sueños, agobiados por las angustias, cargados de tristeza y con la mente indigesta.
Miles más, haciendo de la insensatez su modo de vida. Insensatos, iracundos, intolerantes, y con la agresividad a flor de manos, no de labios porque la cabeza la perdieron.
La imbecilidad nos tiene cercados.
[…] Los muertos que viven, aún sin cabeza […]
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