Las Patricias

Mi tributo a las mujeres más importantes de mi vida.

A veces, en la vida de cada persona habitualmente hay actividades, lugares, situaciones y presencias que tienden a repetirse y que influyen de modo intenso. No entiendo mucho este misterio ni tengo teoría al respecto.

En mi caso personal hay un nombre que ha sido presencia permanente en mi vida: Patricia. Al hacer un recuento retrospectivo de mi vida, no hay personas con otro nombre femenino ni masculino que se repitan del mismo modo que Patricia, ni que hayan influido o marcado tan intensamente mi vida. No cuento otras pocas patricias que sin haber dejado huella, han estado muy cercanas.

Mi Madre, la prima con la que tuve mi primer baile en un evento público de beneficencia, dos casi novias en mi temprana juventud, mis dos ex esposas, tres brillantes, eficientes y muy atractivas secretarias. Nueve en total. Todas tienen como nombre Patricia. Seguro que por ahí debe estar alguna otra que no he logrado recordar. Un dato interesante es que entre los nombres femeninos, Patricia no está ni entre los diez más frecuentes.

Dicen que en la vida no existen casualidades y que todo es una secuencia de causalidades. Y no creo que sea un simple juego de palabras. Muchas veces me he preguntado el significado de tan enigmática presencia de patricias en mi vida, sin encontrar respuestas. Todas pasaron, ninguna permanece, incluida mi madre, cuyas cenizas sí están cercanas a mí. Sin embargo, últimamente, la prima aquella del baile, cuya única foto he conservado por casi 48 años, ha vuelto a mi mente. La veo y la leo en Facebook; la enfermedad y fallecimiento de su padre, Patricio a quien admiré mucho, sobre todo en mi juventud, muy allegado a mi madre, posiblemente sean las causas.

Todas, sin lugar a dudas, marcaron mi vida de modo profundo, especialmente mi Madre, generosa e inmensamente buena, no se andaba con huevadas a la hora de reprimirme: un sermón sazonado con palabrotas, o cualquier amenaza, garrote en mano, era parte de su estilo; la madre de mi hijo mayor, buena y paciente como ella sola, y la otra ex esposa, con cualidades que he olvidado, cuya desaparición -en sentido figurado- es un misterio que no me ha interesado descifrar. Las demás, en cada momento de mi vida también dejaron su huella: ilusiones, sueños fallidos, frustraciones, alegrías, lágrimas, risas, solidaridad. Huellas que me gustan y permanecen en mi alma y en mi memoria.

Patricia es y será un nombre de mujer de muy grata recordación y presencia en mi vida. Gracias a todas ellas, las nueve, aunque habría preferido que sean ocho solamente.