¡A mi edad…!

          Hace algunas semanas escribí sobre aquella tara mental expresada así: “En mi época” Ahora es el turno de su hermana gemela. Esta otra tara que se expresa también con tres simples palabras: ¡A mi edad…!

          Desde nuestra infancia, la madurez nunca fue inculcada como concepto. Nos impusieron la necesidad de ser maduros, de acuerdo a cada edad, en base a ejemplos y comparaciones. La clave de la madurez fue evitar conductas propias de las personas de menor edad. Maduro era quien evitaba repetir las estupideces de sus hermanos menores e intentaba imitar las conductas de sus mayores. A los 5 años ya no era edad para repetir las babosadas del hermano de 2 años; ni a los 18, para andar haciendo las mismas cagaditas de nuestros hermanos quinceañeros. Imitar las cagadas de nuestros mayores era un comportamiento más maduro. Esa forma de entender la madurez se volvió un hábito tan compulsivo como inconsciente generado por nuestra desesperada necesidad de volvernos mayores rápidamente. De adultos vivimos obsesionados por evitar conductas de personas menores. Aun las personas de avanzada edad repiten este hábito. Pocos son los que se han librado de tan perverso comportamiento. Hemos asumido como paradigma que ser mayores y maduros es lo mismo.

          Es frecuente escuchar a personas que ya han rebasado la barrera de los cuarenta: ¡a mi edad…! Y a continuación alguna expresión sacada de una larga lista de los noes (no en plural) que tenemos para mantenernos resguardados contra el peligroso riesgo de parecer inmaduros. Ya no es edad para… trotar, seducir, saborear un chupete o un helado en cono, divertirse con la misma intrascendencia de hace 30 años, hacer alguna diablura, echarse un polvo maratónico, iniciar algún pasatiempo olvidado, andar en moto vestido con chompa negra y gafas obscuras, ir a un páramo y disfrutar de sus gélidos paisajes o tomar sol en una playa, o simplemente intentar algo nuevo. Eso parece más apropiado para la gente joven, pero… ¿a mi edad?

          ¿A mi edad…? Seguimos fielmente la receta imitando las conductas de nuestros mayores, pretendiendo ser siempre más maduros y experimentados. La madurez no es repetir las mismas pendejadas durante años.

         ¿A mi edad…? Parece que sólo es edad para comprar a plazos y anticipadamente nuestra propia caducidad mental y emocional.  A cualquier edad deberíamos ser capaces de hacer cualquier cosa en la medida en que nuestra mente, cuerpo y sensatez lo permitan.

            ¿A mi edad…? Sí a esta y a cualquier edad deberíamos mantener la capacidad de pensar y sentir que la madurez no es un asunto de edad ni de imitación. Es un asunto de actitud y de aprendizaje frente a las dinámicas del mundo circundante. Empecemos por aprender que no por ser mayores hemos alcanzado la madurez y que son dos conceptos que no siempre están juntos, lamentablemente. Ser mayores no supone esfuerzo, es cuestión del tiempo. La madurez es un estado elevado de conciencia fruto de un largo e interminable esfuerzo personal.

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(Puembo, Mayo 2012)

9 Responses to ¡A mi edad…!

  1. Santiago Espinosa Bermeo dice:

    Me quedo con la última frase, la cápsula del artículo. Muy bien!. Por favor trata de escribir más seguido.

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  2. Jack Bermeo dice:

    la madurez, la felicidad, la alegria, la paz, y cualquier otro estado emocional del ser humano, sea positivo o negativo; en mi concepto, no son una meta sino un camino.
    Mi vida, siempre va a ser ¡…a mi edad…¡ lo que sucede es que a esta frase la debemos complementar y no dejarla sola. Por ej.: A mi edad de sesenta años tengo mas kilos y menos pelos que a mi edad de los cuarente años.
    A mi edad quisiera seguir jodiendo como a los 15 años

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  3. Santiago Donoso dice:

    A tu edad…….estas en lo cierto….a mi edad….estoy absolutamente de acuerdo, un abrazoç

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  4. Pancho dice:

    Leer este artículo me ha caído como un balde de agua fría. Entrando a los 40, como lo estoy ahora, ya estaba pensando en comenzar a usar esta ridícula frase. Gracias por despertarme!

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  5. Patricia Lasso dice:

    Sí, a esta y a cualquier edad, deberíamos ser capaces de hacer cualquier cosa que el corazón, la mente y el cuerpo nos permitan. La vida es una sola y hay que vivirla plenamente; «la edad» no es limitante en sí misma, las limitaciones están escondidas en nuestros propios condicionamientos; son estos los que nos paralizan en determinados momentos y nos impiden vivir con intensidad. Lo importante es darse cuenta, la sola consciencia hace el trabajo y nos libera, entonces «la edad» se convierte en sabiduría y la sabiduría en definitiva es….felicidad!!!

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  6. José María Laso dice:

    Un símbolo de madurez es estar satisfecho con la edad, la circunstancia y el momento que vivimos sin embargo, coincido con Fernando, no es un impedimento para realizar múltiples actividades, tener inquietudes y seguir siendo creativo. De todas maneras no está demás ser precavido en la intensidad del ejercicio físico, por ejemplo, en el que seremos fácilmente superados por los más jóvenes lo que de ninguna manera será un obstáculo para realizarlo.
    Eso si Fernando, nunca te olvides de una clásica frase tuya: «Ya estamos grandecitos»

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  7. Esteban dice:

    Estupendo. Creo que todos nos identificamos en positivo y negativo con lo que aquï escribes y me hizo recordar que la víspera de partir fuera del país hace 8 años, un amigo en una reunión de despedida me dijo: «a nuestra edad, cómo se te ocurre hacer esto…? Mi contestación simple fue: «estás viejo si piensas así».

    Hoy al leer estas líneas, cobra más vigencia que nunca tus comentarios.

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    • elsi dice:

      Si me acuerdo haber tenido la impresion a los 30, que ya tenia que ser adulta como se hace ya que mi corazon vivia a;orando los 20 y tantos, bueno y ahora como se hace. A los 40 me parece que estuve bien con Jane fonda y La mujer de las cuatro decadas, pero a los cincuenta fue lo mejor. Bienvenida a la etapa de cumplir mis sue;os, ya los hijos son mayores y no te necesitan, empieza ahora. Ha sido un darme cuenta que la vida es hoy, y que tengo los a;os que debo tener porque son perfectos, si no hoy cuando.
      estoy de acuerdo que la madurez se crea, se construye, es un continuo darse cuenta y maravillarse de lo que le toca vivir la realidad tal cual, la acepto y con agradecimiento.

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