El placer

          El artículo anterior «El pecado» (https://fertobar.wordpress.com/el-pecado/) causó menos reacciones de las que imaginé; divididas entre las que reconocían lo positivo de lo expuesto y las que expresaban su desacuerdo y aun su disgusto, incluida una francamente muy violenta. Los comentarios a mis artículos agradezco siempre, incluidos aquellos que no me gustan. Hacerlo significa reconocer el tiempo dedicado por los lectores, tanto para leer como para comentar, y porque frecuentemente esos comentarios suelen originar nuevos artículos, como el actual dedicado al placer. Estoy consciente también que la calidad de mis artículos no depende ni se altera en virtud de los comentarios, buenos y malos, que suelo recibir; son la expresión de la percepción que cada quien obtiene de las lecturas. Mal haría por enojarme por los malos comentarios, tanto como envanecerme por los positivos.

          Aquellos de mirada torva que con ojos entreabiertos miran de lado y con el ceño fruncido creen que los placeres son solamente aquellos que provienen de las actividades carnales y sexuales. ¡Qué estrechez de mente! El paso del tiempo va enseñando que los placeres carnales –que lo son indudablemente– están entre los más esquivos y conflictivos. Excepciones como en todo, por supuesto. Repito que «lo placentero es instintivo y por esa razón el humano está orientado a su búsqueda, y la obtiene a través de una infinidad de actividades» (cita textual de El pecado).

          Cada persona de acuerdo a sus gustos, aficiones, inclinaciones y posibilidades busca y encuentra placer en un sinnúmero de actividades, la mayoría de ellas distante y lejanas de lo carnal y sexual. Desde la contemplación de un atardecer en la playa, la reunión con los amigos, la lectura, el cine, cualquier hobby, escuchar la música preferida, bailar, caminar, el cariño de un hijo, el tierno abrazo de un nieto… la lista es interminable. Circunscribir el placer al ámbito de lo sexual y volverlo pecaminoso es propio de mentes débiles, más allá de la ignorancia que eso significa.

          La salud mental y la libertad individual imponen un cambio de paradigma. La creencia de que el único placer es el sexual, es un error tanto como una falacia. Aprender a vivir con un poco más de libertad y –sobre todo– de verdad, a disfrutar las interminables y abundantes oportunidades de placeres que día a día la vida ofrece a cada persona. Entender que las amarguras y penas no son castigos ni represalias de nadie, y que son simplemente resultados propios de ese esfuerzo por vivir, y a veces también del azar.

          Buscar el placer en cada instancia de la vida, en cada afán, no solamente es positivo, sino obligatorio en un mundo en el que la amargura, la tristeza, los vicios, las taras, la violencia, la intransigencia y la intolerancia se han convertido en moneda frecuente del intercambio emocional. Guerras, matanzas y sufrimientos se evitarían si las personas vivieran un poco más placenteramente.

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Enero/2019
480 palabras.

8 Responses to El placer

  1. En definitiva, Fernando, vivir la felicidad, que todos la tenemos, desde que nacemos, pero nos han puesto a buscarla fuera de nosotros.. La locura. Felicitaciones por que nos haces reflexionar. Gracias.

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    • Fer Tobar C. dice:

      Gracias amigo querido por tu tiempo y tu reflexión.
      La felicidad no está adentro de nosotros, ni está afuera; es el resultado de nuestra actitud y del modo como interactuamos con el mundo que nos rodea.

      Un abrazo.

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  2. Cristianne dice:

    El placer está en poder respirar ese aire luego de una buena lluvia.
    El placer está en montar bicicleta por el Cañón del Chiche por ejemplo .
    El placer está en elaborar un pastel de papa y ver que tu hijo se lame la fuente.
    El placer está en pagar la renta los 1ros días del mes.
    El placer está en ver el vuelo de un colibrí justo cuando sales al jardín.
    Uffff el placer está en despertar y saberte sano vivito y coleando….

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  3. Rafael dice:

    Me haces pensar en el término DESEO, así con mayúsculas, que es lo que nos mueve, y, asimismo como tú lo defines, quitada la connotación sexual; termino que abarca más cosas; me encanta el concepto «maquina deseante» que en referencia a nuestro inconsciente lo considera una «fábrica» que produce, y que difiere del freudiano inconsciente «teatro» donde se representa una tragedia. Te abrazo.

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    • Fer Tobar C. dice:

      Gracias Rafael.

      Tus comentarios siempre son fuente inagostable de reflexiones.
      Los deseos son instintivos unos, y otros forjados por cada uno. El placer ciertamente es su resultado. Somos «máquinas deseantes» tanto como «máquinas pensantes» y de eso depende la calidad de cada sensación placentera.

      Un abrazo.

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  4. Aurelio Gey Casabella dice:

    De acuerdo contigo. Hay una serie de placeres que llenan el espíritu; la pintura, la música, los libros, la conversación y un largo etc. Son de tipo espiritual y sensorial.
    Hay otros de tipo sentimental familiar; padres, hermanos, pareja, hijos, nietos (aún no tengo ninguno).
    Están los de tipo sentimental afectivo; amigos.
    Además los sensoriales; fresco en el calor, calor en el frío, comida en el hambre, bebida en la sed.
    Están los corporales; una buena comida, una buena bebida etc.
    Luego hay otros mucho más prosaico y que casi nunca se mencionan; cagar, mear o echarse un pedo cuando se tienen muchas ganas, resultan altamente placenteros.
    Un abrazo,
    Aurelio

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