Las señoritas y Señoras putas

          Las hay de dos clases: las que cobran y las que no. Están en todo lado y en todas las clases sociales. A las señoritas putas les clasifica solamente la tarifa y la calidad de las sábanas. Las Señoras putas que no cobran se clasifican por el dolor de sus frustraciones, y por el calificativo que se les suele asignar.  Todas, como mujeres, son respetables y se las ha estigmatizado injustamente con un calificativo que no lo merecen: putas.

          Las que cobran no han encontrado una mejor manera de ganarse la vida. Ofrecen sus servicios sexuales a quienes están dispuestos a pagar por sexo, porque son incapaces de conseguirlo sin pagar; así de simple.

       Las que no cobran no ofrecen un servicio sexual. Son generalmente mujeres solitarias, abandonadas, postergadas, humilladas, maltratadas, abusadas que buscan en la sexualidad «prohibida» el bálsamo que mitigue sus amarguras; el escape transitorio a situaciones frustrantes; sentirse, aunque sea por momentos, que son personas y mujeres, y no objetos decorativos o de uso y abuso.

       Los hombres, con la complicidad de algunas mujeres que veladamente y por conveniencia sostienen y alcahuetean el machismo, han sido los encargados de estigmatizar a unas y a otras.

          A las unas, a las que cobran, como simples putas; se las paga, se las usa y luego se las desecha… hasta la próxima. En su infinito machismo, no son capaces de admitir que las putas no son más que el resultado de su propia impotencia emocional. De este modo aquellas «algunas mujeres» quedan liberadas de su propia y «pecaminosa» sexualidad. Resulta así un buen «negocio» para unos y para otras.

          A las otras, las que no cobran, entre las cuales podrían estar sus propias esposas, con calificativos peores que el de simples putas. El catálogo es variado y el uso de un calificativo «adecuado» varía de acuerdo a la ira: amiguita, moza, amante, querida, zorra, tipa, robamaridos, la otra, etc.

          Son los propios hombres los que también crean esta última clase de «putas» que mejor sería llamarlas mujeres frustradas. Estas mujeres no andan insinuando ni mendigando sexo, pero lo ofrecen con disimulo y estilo; su tarifa no es más que un poco de buen trato, de consideración, de amor, de ternura, de respeto, de autoestima. Casi siempre ocurre que en ese camino encuentran lo que no buscaban: un poco de satisfacción sexual y una sexualidad que creían desaparecida en sus vidas.

         Hay hombres que nunca irán en busca de las primeras; irán en busca de las segundas, porque son sus espejos. También sufren de similares frustraciones.

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Abril/2018
437 palabras

12 Responses to Las señoritas y Señoras putas

  1. Jack dice:

    Respeto tu punto de vista , aunque no lo comparto. Ninguna mujer nace para ser «puta» . Los instintos de la especie humana, ubicados en la escala zoológica, hacen que tanto hombres como mujeres busquemos otras experiencias; sin que esto signifique que buscamos una «paga».
    Te estás olvidando de los «gigolòs» y de las «taxiboys».
    Saludos fraternos

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    • Fer Tobar C. dice:

      Gracias como siempre por tu comentario.
      Un par de puntualizaciones.
      No he afirmado que las mujeres nacen para ser putas, por lo tanto considero que parte de tu comentario está descontextualizada.
      Respecto a los gigolós y taxiboys sería materia de otro análisis. Bien podría ser la versión masculina y llamarse los señoritos y señores putos. Sin embargo, esa realidad, en un mundo machista en el que vivimos, a nadie parece interesarle.
      Un abrazo fuerte y fraterno.

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  2. Mateo Tobar dice:

    Buen artículo Pa! Un tema muy interesante, deja expuestos juicios que podríamos tener sobre las mujeres que se prostituyen y también los hombres que pagan por sus servicios. Pienso que hay un punto olvidado en el artículo, las personas que sin tener problemas de ninguna índole, tienen relaciones sexuales por puro placer y la falta de compromiso que hay hoy en día para mantener relaciones duraderas.

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    • Fer Tobar C. dice:

      Muchas gracias por tus valiosos comentarios.

      Lo que tu planteas es una faceta distinta y no un punto olvidado, y que merecería un análisis más detallado: el sexo «por puro placer». Tema también muy candente y no apto para mogigat@s.

      Respecto a la falta de compromiso que existe actualmente frente a la posibilidad de relaciones duraderas, bien cabría preguntarse si esa aparente falta de compromiso no lo es y simplemente la juventud actual maneja claves diferentes de comportamiento e interrelación.

      Un abrazo.

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  3. Rafael Ruales dice:

    Tienes razón cuando te refieres a ciertos imbéciles que llaman adúlteras, putas, y todo lo demás, y creen que las mujeres son cosas de su propiedad por haberse acostado alguna vez con ellos o hay de por medio un papel firmado; tiendo a pensar que en algunos casos de machismo hay homosexuales escondidos …

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    • Fer Tobar C. dice:

      Gracias siempre por tu tiempo y el interés en mis artículos.
      Gracias por ese comentario tan oportuno como fuerte, con el cual concuerdo plenamente. Sin embargo, aquella expresión de que «algunos casos de machismo hay homosexuales escondidos» implica una realidad que merecería un análisis más profundo.
      Un abrazo

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  4. SantiagO Espinosa Bermeo dice:

    Un punto de vista interesante y como siempre con un tema desafiante. Me hubiera gustado el título Las Putitas que al final les engancha a todas esas chicas

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  5. Leonardo Morales dice:

    Muy buen articulo, amigo, y muy acertado

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  6. José María Laso dice:

    Creo que es un análisis muy ligero de un tema que tiene múltiples aristas y que merece mayor profundidad. La vida dramática de las mujeres que cobran por tener sexo, seguramente amerita documentarse adecuadamente. Igual cosa, en el lado de las mujeres que «prostituyen» su cuerpo sin cobrar, o que cobran de otra manera, requiere un análisis de sus razones y sus dramas personales. Un tema nada fácil que requiere mayor estudio. Saludos

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    • Fer Tobar C. dice:

      Gracias José, como siempre por tus comentarios.
      Cualquier tema, por simple que sea, tratado en menos de 450 palabras y máximo 3 minutos de lectura será siempre superficial. Este tema en particular será superficial por el miedo y los pudores de muchas personas a enfrentarlo.
      Un abrazo

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