WhatsApp y el Respeto (Parte 1)

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           En los tiempos que corren, la privacidad y el respeto son cada vez más una quimera. La tecnología nos desnuda y nos expone al escrutinio público. Es una realidad que poco puede discutirse. Pero no solo la tecnología es la causante; mucho más lo son nuestros egos, los ánimos exhibicionistas y no pocas veces esa gran dosis de imbecilidad las que ayudan a destruir el poco respeto que aún queda. Las redes sociales son las aliadas perfectas de estas taras. Es lamentable –por decir lo menos– la poca cordura que tenemos a la hora de interactuar en las redes sociales actuales.

       WhatsApp es una de las aplicaciones más eficientes y más utilizadas de mensajería, incluidos los entornos profesionales por las facilidades que ofrece para compartir varios tipos de archivos e información digital, llamadas telefónicas y video llamadas, y no exclusivamente texto. Es maravilloso disponer de este tipo de ayudas tecnológicas que nos permiten la comunicación instantánea con cualquier persona en el planeta. Sin embargo, esa extraordinaria facilidad para intercambiar información parece habernos liberado de la necesidad y obligación de meditar y valorar los contenidos que compartimos.

       Hemos asumido como verdad que todo aquello que compartimos es del interés y del gusto de las personas, sin pensar que es imposible para el destinatario impedir que los mensajes lleguen a sus tan “inteligentes” dispositivos. Los usuarios de WhatsApp poco podemos hacer para evitar o filtrar contenidos agresivos y molestos que podrían llegar. La opción simple de bloquear o eliminar a alguien no es la mejor solución. En palabras simples, hemos convertido al irrespeto en hábito, en costumbre.

        Imaginemos, a modo de semejanza, esta situación. Todo el tiempo y a cualquier hora llegan a nuestra casa paquetes. Con detenimiento revisamos su contenido y nos quedamos con lo que sirve y agrada. Nos alegra y halaga de alguna manera que “se acuerden de uno”. Hasta ahí todo bien. ¿Y qué deberíamos hacer si entre aquellos “regalitos” hay habitualmente cosas que nos desagradan, que nos agreden y basura de toda clase?

        Dejemos la semejanza y volvamos a la realidad. Las contenidos que “gentilmente” se comparten están compuestos básicamente de lo siguiente: Videos, imágenes y bromas, algunas con su carga sexual y erótica; noticias privadas que nos mantienen informados sobre asuntos que de otro modo no tendríamos conocimiento; reflexiones que nos invitan a la introspección; saludos y buenos deseos. Son contenidos positivos, amenos, con frecuencia importantes y necesarios. Todos estos son parte de esos contenidos que son respetuosos y de alguna manera honran la amistad, nos acercan y ayudan a una convivencia un poco más pacífica. Lamentablemente también se comparten videos, imágenes y bromas malas y grotescas; noticias públicas con frecuencia innecesarias, repetidas, descontextualizadas; frasecitas célebres de dudosa autoría; notas con contenido político, mentirosas, tendenciosas y no pocas veces repulsivas; notas y admoniciones religiosas que cada vez importan menos. Todo esto es la basura a las que me referí antes. Lamentablemente tampoco se piensa que los niños son frecuentes “usuarios” de los dispositivos móviles de los adultos.

      ¿Cuál debería ser nuestra actitud cuando encontramos en las “puertas de nuestras casas” basura? Infinita compasión debemos tener, pues solo se comparte lo que se tiene. Las facilidades que la tecnología nos ofrece no son pretextos para el irrespeto, y nadie debería pensar que estamos obligados a ver o leer contenidos que nos disgustan y agreden.

       Aquello de que el “papel aguanta todo” ha quedado obsoleto. Hoy es la pantalla la que “aguanta todo” y mucho más de lo que el sufrido y olvidado papel aguantaba.

       Para leer la parte 2:  https://fertobar.wordpress.com/whatsapp-y-el-respeto-parte2/

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(Enero/2016)

6 Responses to WhatsApp y el Respeto (Parte 1)

  1. Jack Bermeo dice:

    Es indudable el efecto producido en muestro vivir la presencia de las redes sociales.
    Un aspecto que te olvidas es que la facultad de aceptarlas o no, es únicamente nuestra. Esto es una gran ventaja
    Otro punto que nos han enseñado las redes es a desarrollar nuestra capacidad de discernir, lo cual también es Bueno.

    Si queremos mantenernos dentro del sistema, para no caer en amargura, debemos tener un buen nivel de tolerancia. Si este nivel no es bueno; lo mejor es abandonar las redes.

    Las redes nos permiten ver el «otro yo» de los contactos. Esto es muy importante, si aquel contacto resulta interesante y positivo para tu devenir, lo aceptaras con todas sus irreverencias y defectos, caso contrario lo bloqueas.
    No permitamos que las opiniones , por mas infundametadas que nos parezcan, afecten una relación con gente que apreciamos.
    El hecho de escribir, tácitamente nos obliga a pensar. Así conocemos mas aun a nuestros contactos.
    Para merecer una respuesta, debemos meditar de quien proviene el mensaje, la circunstancia , el contexto y por último, si amerita respuesta alguna.
    Mientras más comunicación haya, mejor informados estamos. No nos quedemos en la simpleza de lo escrito, veamos un poco mas allá del pantallzo!
    Un abrazo fraterno
    Jack

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    • José María Laso dice:

      Mi comentario hace referencia a que me parecía adecuado conocer tu parecer y también es mi parecer que a la vez que hay algo que se llama respeto, también existe la tolerancia, en eso coincido con Jack.

      También hacia referencia a un artículo de Enrique Echeverría en que dice que el humor, sobretodo en el tema político, es una forma de «desquite» que los gobernados hemos encontrado para señalarle las faltas, los yerros y los desacuerdos que tenemos frente a su accionar.

      Es importante distinguir que dentro del humor, hay humor del bueno, humor fino, humor negro, como también mucha basura que pretende ser humorística y en eso concuerdo con tus criterios Fernando.

      Una fina ironía puede ser mas dolorosa que un puñal clavado en el pecho.

      Que hacer frente a la avalancha de contenidos que nos llegan por todas las redes sociales, especialmente del Whatsapp, que es un medio ágil para el envío de todo tipo de noticias, memes, fotos, videos, etc con variada temática como bien lo señalas: la primera acción que podemos tomar es la de tener un aislamiento completo de las redes sociales, conviertiéndonos en unos ermitaños tecnológicos y aislándonos de todo lo bueno y lo malo que nos pueda traer la tecnología de la comunicación. Lo segundo es abandonar los grupos que nos resulten incómodos o con los que no comulguemos con sus principios o posteos, en muchos casos puede ser lo correcto, en otros casos mostar una dosis de intolerancia. También se puede bloquear a quienes postean asuntos que no son de nuestro interés o son molestos y también, me parece lo mas fácil y adecuado, desechar lo que no nos guste.

      Saludos,
      José María Laso

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      • Fer Tobar C. dice:

        Gracias José por tu comentario y, por favor, acepta mi disculpa por la demora en responderte.

        Algunas puntualizaciones:

        1). Mi parecer, como tu lo llamas, está expresado en mis dos artículos (WhatsApp y el Respeto, 1 y 2) por lo que consideron que no hace falta abundar en el tema.
        2). Mis puntos de vista en los artículos publicados no hacen referencia al contenido humorístico de los contenidos compartidos y expresados a través de WhatsApp. Solo hacen referencia a contenidos que resultan -de alguna manera- irrespetuosos. Aprecio y concuerdo con las referencias al humor que tu haces.
        3). En ningún momento he sugerido el aislamiento de las redes sociales ni prescindir del uso de WhatsApp; sin embargo, frente a la avalancha de contenidos de muy discutible calidad y con frecuencia irrespetuosos, considero que es necesario protegerse para no contaminarse. Eso podría significar algún grado de alejamiento y aun aislamiento en casos excepcionales.
        4). Debo repetirte lo que ya he expresado en unas pocas ocasiones respecto a la tolerancia, repitiendo frases copiadas de un comentario anterior: «El respeto o su carencia siempre son un asunto subjetivo, lo cual nos obliga a cuidar mucho más la manera en la que interactuamos con las personas.
        Jamás estaré de acuerdo en que la tolerancia sea la manera de lidiar con el irrespeto»

        Un abrazo con el aprecio de siempre.

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    • Fer Tobar C. dice:

      Como siempre, gracias por tu tiempo y tu interés en la publicación.

      Tu largo comentario amerita algunas observaciones.
      1). La primera y fundamental es que no quiero comentar sobre las puntualizaciones que haces sobre la redes sociales. Mi artículo no se refiere a las redes sociales; las menciono brevemente al inicio. Creo que es conveniente mantener cierta secuencia lógica entre lo que publico y sus comentarios vinculados. Me comprometo, si en el futuro escribo sobre redes sociales, a incluir tus comentarios como el primer comentario a esa publicación.
      2). Mi artículo tiene como referencia central a la aplicación WhatsApp, que a mi juicio no es una red social. Es un servicio público de mensajería que facilita la comunicación privada.
      3). Me refiero a un aspecto muy puntual que debe dominar la comunicación: el respeto. En el título –precisamente– pretendo vincular esos dos elementos. En este caso hablamos comunicaciones privadas a través de WhatsApp.
      4). De acuerdo en que la tolerancia es fundamental en la cotidianidad, y se la pone a prueba –precisamente– cuando las personas no compartimos los mismos puntos de vista.

      El respeto o su carencia siempre son un asunto subjetivo, lo cual nos obliga a cuidar mucho más la manera en la que interactuamos con las personas.

      Jamás estaré de acuerdo en que la tolerancia sea la manera de lidiar con el irrespeto.

      Un abrazo

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  2. Santiago Espinosa Bermeo dice:

    Lo referido a que la pantalla aguanta todo es una realidad, pero sin duda cabe hacer el esfuerzo para tratar de convertir la denominada basura en abono que alimente al descuidado, irreverente e incluso al solapado, para que, en lo posible, aprenda que la generosidad y el ingenio priman en todo acto humano y de esta manera conseguir que en cada grupo de WhatsApp retomen su comunicación con mejores noticias y recuerdos.
    Interesante y muy vigente el tema de la reflexión presentada en esta oportunidad, con ingenio y estilete. Que bueno que a Fernando, el sensible amigo, le aparezcan motivos para seguir disfrutando de una buena lectura. Ojalá sea más seguido.

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    • Fer Tobar C. dice:

      Gracias siempre Santiago por tus generosas palabras y por el tiempo dedicado a la lectura y al comentario. Rescato una frase muy acertada «convertir la … basura en abono que alimente al descuidado, irreverente e incluso al solapado». Quisiera encontrar la mágica formula que lo haga posible. Demasiada gente que necesita ese «abono» mental y emocional.
      El mundo vive en medio del descalabro mental. Confiemos en que algún día se descubra esa fórmula.

      Un abrazo fuerte querido amigo.

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