Pocos conocían su nombre, Carlos Fernando; la mayoría le decíamos simplemente Carolo, desde niño; otros, Carolín. Hoy se fue; antes de hora, como se van todos aquellos a quienes hemos querido y son importantes en el transcurso de la vida.
El destino nos ubicó como vecinos, nos conocimos a muy temprana edad. El aun usaba pañales; yo tendría unos 5 ó 6 años. Ninguno podía imaginar a esa temprana edad lo que estaba iniciándose en ese momento. De simples vecinos a amigos que compartieron la niñez, la adolescencia. Sueños compartidos, cómplices en mil travesuras; una mutua dependencia para hacerlo casi todo. Tempranamente también y por esa cercanía iniciada en la niñez y sin darnos cuenta, nos volvimos hermanos; hermanos de vida, ese tipo de hermandad que suele ser tan fuerte como la hermandad natural. Mis otros hermanos, los de sangre, también se convirtieron en sus hermanos. Fuimos siempre cuatro. La vida nos unió, hermanó y volvió cómplices. La vida también se lo ha llevado antes de tiempo.
Duele la muerte siempre; duele más cuando son seres allegados, y duele hasta lo más recóndito del alma cuando son prematuras. En esas extrañas y a veces incomprensibles coincidencias con las que la vida se esmera en sorprendernos, hoy mientras esperábamos en su casa a que el cuerpo sea retirado y llevado para prepararlo, coincidimos los tres hermanos, uno al lado del otro, observando mudos y entristecidos como el cuerpo cubierto sobre una camilla, pasaba lentamente delante de nosotros. Un último adiós al hermano que había concluido su paso por esta vida, la última salida de su casa, ya sin sufrimientos ni expectativas. El último tránsito frente a aquellos que él siempre consideró como sus verdaderos hermanos.
Son momentos de honda tristeza en los que esperamos encontrar las palabras de consuelo adecuadas cuando abrazamos a sus hijos o a su esposa. Y nunca fluyen, solo fluyen las lágrimas en medio de abrazos en profundo silencio en los que cada palmada aviva el sollozo.
De la vida y su dinámica, hoy hemos pasado a los recuerdos; las lágrimas de a poco dejarán de fluir y las sonrisas volverán para recordar mil momentos compartidos, mil perrerías guardadas y disfrutadas al calor de la complicidad y la picardía, y con la certeza de una hermandad y amistad que nunca conoció deslealtades.
Y así será por siempre. Los recuerdos son esa otra vida en la que nuestros seres queridos renacen para vivir, porque han alcanzado la inmortalidad, y vivirán por siempre permitiéndonos recordar con alegría cada minuto compartido.
Te abrazo con el alma Carolo, y que vivas con mucha paz en esa otra etapa que la vida te ha ofrecido.
Mi sentido pésame querido Fernando.😢 El dolor y vacío que dejan los seres queridos, nunca se podrán olvidar, siempre tendrán un espacio en el corazón. Recibe un gran abrazo con mucho cariño. Verónica
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Gracias Vero.
Aprecio mucho tus sentimientos de pesar.
Un abrazo fraterno.
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Mi mas sentido pesame Fernando. El nombre me es muy familiar. Recordemos que en estos momentos decir adios a un amigo es muy dificil pero realmente es hasta vernos otra vez. En la vida eterna.
Un abrazo fuerte a la distancia.
Anita.
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Gracias Anita.
Aprecio mucho tu mensaje y tu sentida condolencia.
Un fraternal abrazo.
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Hermosas palabras mi querido hermano. Tienes esa inspiración que nace de lo más profundo del corazón. Gracias por compartir. Gracias también a quienes han leído este artículo y sienten con ello tu pesar.
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Hay momentos y personas con las cuales las palabras nunca alcanzan a expresar lo que se siente.
Me queda la satisfacción de haber compartido contigo esa pena grande de ver al amigo-hermano muy querido vivir sus últimas horas y haber estado presentes en su último adios
Un grande y fraternal abrazo.
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Un abrazo grande y sentido Tocayo.
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Gracias Tocayo.
Un abrazo fraternal para tí.
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Recibe mi más sentido y cálido abrazo en este frío momento… aunque, inevitablemente pues algún día nos reunira a todos. Esperemos que sea más tarde que temprano
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Gracias Ramiro por tus palabras
Te mando un abrazo de hermano al amigo de tantos años.
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Escribes fantástico querido Fernando. Transmites profundamente tus emociones, llegan tus palabras la memorias de quizá esas vivencias ya vividas. Felicitaciones y mi solidaridad con tu pesar.
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Gracias Susy.
Siempre creo que te pasas de generosa con tus comentarios.
Hasta ahora yo solo había pensado en hermanos, amigos y esos amigos especiales.
Tus palabras me hacen pensar por primera vez en hermanas. Las de sangre nunca las tuve. Entre esas amigas especiales que se convierten en hermanas por libre elección (como lo dice tu hermano Jack) estás tu, sin duda. Miro a mi alrededor y solo veo otra de esas amigas-hermanas, que por razones que hoy no vienen al caso, nos hemos alejado.
Te abrazo como hermano a la amiga de tantos años.
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Gracias Fernando, tu mensaje es muy sentido y profundo, el vacío que deja «un hermano» se llena a lo largo del tiempo con todas esas vivencias del camino compartido.
Abrazo
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Gracias Juan.
Aprecio mucho tu mensaje y tus sentimientos de condolencia.
Bien vale aqui citar las palabras de tu hermano Jack: «el amigo es el hermano que uno escoge»
Un abrazo.
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Siempre es lamentable la partida de personas con las que hemos compartido muchas etapas de vida. Un abrazo Fernando. Lamento la partida de Carolo.
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Gracias José.
Aprecio mucho tu mensaje y tus sentimientos de condolencia.
Un abrazo.
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