Seguro este buen señor debe ser de aquellos que…
ni van, ni vienen…
ni entran, ni salen…
ve voces…
oye visiones…
adivina el pasado…
presiente sensaciones…
vive sus pesadillas…
sueña sus emociones…
y –posiblemente– nunca ve el camino por el que le llevan sus zapatos.
A ratos hasta conviene ser despistado y vivir una realidad paralela despreocupada y ajena al stress de la vida y sus obligaciones, lo grave es despertar y volver a ser cuerdo y bien centrado.
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[…] El despistado […]
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