Respuesta a mi Tocayo Fernando…

(Sobre el VW, Jugando a ser niños)

En tu comentario anotas realidades que van más allá de un vehículo o de nuestras personales preferencias. Las fijaciones mentales y emocionales que llevamos desde niños; los amores y los apegos, a veces extraños, a personas, a objetos, a lugares; la complicidad que frecuentemente barniza y protege nuestros lazos afectivos.

 Nuestros apegos y desapegos hacia las personas no requieren explicación. Entiendo ésos mismos hacia animales y mascotas, aunque algunos de estos amores me parecen francamente enfermizos. Sin embargo, y debo admitirlo, me parece misteriosa y poco comprensible esa capacidad que tenemos las personas para enamorarnos de objetos y lugares. No es algo que me quite el sueño, pero sí me causado tristeza la pérdida de alguno de mis muy amados objetos o el alejamiento de lugares queridos.

 Tratando de comprender un poco sobre las motivaciones de esos extraños apegos y amores hacia los objetos y lugares, encuentro que todas las vivencias humanas están integradas por personas, otros seres vivos, objetos y lugares. La calidad de cada vivencia depende de la dinámica de estos cuatro integrantes. La vida es una secuencia interminable de estas vivencias vinculadas entre sí. Es la dinámica de la existencia. Una vivencia especialmente grata fijará en nuestra mente esos amores y apegos, esos nexos, permanentes a personas, animales, objetos y lugares. Los recuerdos gratos son evocados frecuentemente, mezclándose a veces con el tiempo presente.

 Los automóviles, más que cualquier otro bien creado por el hombre, son desde hace más de un siglo esos objetos omnipresentes en la vida moderna. Protagonistas inevitables en las vivencias, buenas, malas, felices o amargas, del humano actual. Sin embargo, aún no he logrado entender por qué solamente ciertos automóviles tienen esa misteriosa capacidad de generar un vínculo emocional con los humanos. Entre los cientos de modelos diseñados y millones de autos fabricados en los últimos cien años, son solo unos pocos son los “elegidos”, el VW Escarabajo entre ellos.

 ¿Será que algún espíritu misterioso y juguetón escogió a los escarabajos para encarnarse, y es el quien nos escoge? Ríanse, pero a veces lo pienso de ese modo.

1 Responses to Respuesta a mi Tocayo Fernando…

  1. Fernando Alvarez Malo dice:

    Me gustan tus reflexiones. Muchas veces me ha inquietado lo mismo. En el apego referente a carros el que se lleva mi preferencia es el Mustang de los 60 no obstante de ser platónico ya que nunca he «poseido» ninguno.
    Un abrazo

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