Escribo desde el dolor (Oscar Vela D.)

Autor: Oscar Vela Descalzo.  Publicado en «El Comercio», Quito-Ecuador, edición del 17 Diciembre 2017 (http://www.elcomercio.com/opinion/escribodesdeeldolor-opinion-columna-columnista-oscarveladescalzo.html)

A Margarita y Sebastián, en su dolor.

Escribo desde el lugar habitado por todo aquello que carece de sentido, desde el terreno de lo enigmático e inasible, desde la querencia natural en la que se refugian las preguntas sin respuestas, desde el desván en el que apartamos lo que no tiene nombre, ni podemos ni sabemos explicar.

Escribo desde un espacio ocupado por la desolación y la amargura, desde un rincón disimulado por la oscuridad para atenuar la pena y el desconcierto que nos embarga; desde el silencio que arrasó de pronto lo que ayer nada más era música, lo que eran risas, palabras, gestos, besos, problemas, lágrimas, rutinas, todo aquello que envuelve la vida…

Escribo desde el dolor de mis amigos y de los que los rodean, que es también el dolor de los que no estamos cerca pero que siempre los llevamos en el recuerdo. Y aunque ese dolor de los otros, de nosotros, nunca se aproxime siquiera al sentimiento que embarga a esta familia, ni se parezca jamás al incomparable pesar que se instala en los padres que han perdido un hijo, resulta ésta una aflicción compartida por todos los que alguna vez nos cruzamos en sus vidas.

Escribo agobiado por la presencia cercana de la muerte, ese trance al que tanto tememos y del que tanto nos cuesta hablar aunque estemos conscientes de que representa el desenlace, ineludible, de nuestra existencia, o, quizás, por esa razón precisamente lo evitemos, porque sabemos y entendemos que está allí siempre, al acecho, en cualquier esquina en la que doblemos.

Escribo porque no sabría expresar a viva voz la tristeza inmensa que se instala a mi lado, como si se tratara de mi propia sombra, cuando el destino resuelve llevarse un hijo antes de hora y se quedan de este lado los padres desolados, destrozados, extraviados, mirando el reloj constantemente, con la sensación de que el tiempo se ha ralentizado desde aquel día.

Escribo porque hay momentos en que las palabras lanzadas al viento no son capaces de expresar nada; porque el alma cuando está herida prefiere llorar en silencio.

Escribo porque a veces no basta decir lo siento, porque los abrazos no son capaces de abarcar toda esa pena que se derrama, porque no alcanzan los lamentos ni las súplicas ni las plegarias ni las compasiones más sentidas para compartir la magnitud de su tristeza.

Escribo para plasmar en el papel todas esas cosas que en los momentos de mayor aflicción, ante la tragedia, se olvidan o se apartan de forma deliberada en un acto instintivo y a la vez defensivo del corazón.

Escribo para intentar comprender el papel que adoptará la memoria ante la fuerza asfixiante del dolor. ¿Será acaso una ráfaga de viento que busca disipar la fina cortina de niebla desplegada ante el futuro, o, quizás, se convertirá en un artificio para llenar los espacios vacíos que descubre la conciencia, o para reunirlos otra vez en el escenario vaporoso de los sueños? Será un arma formidable para encontrar consuelo.

2 Responses to Escribo desde el dolor (Oscar Vela D.)

  1. Cristianne dice:

    Nada más fuerte!
    Quiero pensar, creer y sentir que la vida es eterna y que no morimos sólo transmutamos….cambiamos de estado.
    Cómo una molécula de agua no puede destruirse jamás sólo cambia de estado!

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