Sociedad excluyente

     Semanas atrás publiqué un artículo que trata sobre el lenguaje inclusivo (https://fertobar.wordpress.com/reflexiones/lenguaje-inclusivo/). El artículo estaba orientado al lenguaje en general y a destacar el hecho de que la Real Academia de la Lengua incorpora (incluye) con regularidad al español palabras que identifican nuevas realidades y conceptos. Algunas de esas palabras, a modo de ejemplo, se citan al inicio. Sin embargo, fue necesario hacer una referencia a la inclusión de términos relacionados con la sexualidad no binaria (no convencional), lo cual indujo a algunos lectores a pensar que el artículo trataba sobre un tema vinculado al sexo, y no sobre el lenguaje.

        Cuando los términos inclusivo y sociedad inclusiva se refieren a las personas y sus opciones sexuales, son objeto de manoseo moral y político. Se ha generalizado la creencia de que lo inclusivo está referido solamente a personas con tendencias o preferencias sexuales no convencionales; nada más alejado de la realidad. Cuando la inclusión de palabras se refiere a temas distintos o no vinculados a la sexualidad, a nadie le importa ni son objeto de debate.

         La inclusión hace referencia a la no discriminación; va más allá de las preferencias sexuales de cada persona. Lamentablemente, vivimos tiempos en que los motivos de discriminación (de exclusión) no se han superado con el paso de los años. Todo vale a la hora de discriminar para los adalides de la exclusión, de la moral, de las buenas costumbres y de la intelectualidad. Sarta de cínicos, algunos afectados por alguna clase de imbecilidad profunda, pero con una notable capacidad de argumentar y sostener cualquier disparate y desatino, para explicar y justificar sus teorías y prácticas exclusivistas, con frecuencia perversas e inhumanas.

        Quien discrimina (excluye) se sustenta en la falsa creencia de que las personas tienen una calidad inferior por no estar alineadas con sus creencias y prejuicios. Larguísima es la lista de personas discriminadas por las creencias políticas diferentes, distintas opciones de creencias y prácticas religiosas, la orientación sexual, el color de piel, el lugar de nacimiento, la carencia de una educación formal, las capacidades físicas y mentales disminuidas, los ancianos, gordos, comedores de hamburguesas, bebedores de Coca Cola, comedores de carne, vegetarianos, etc.

        Todas ellas están excluidas del banquete social. Discriminadas desde siempre, su lucha es titánica por lograr la aceptación –inclusión– que poco a poco la van consiguiendo, a disgusto de aquellos que solo son buenos para proyectar una falsa imagen de inteligentes, cultos e impolutos, siempre carentes de humildad, de empatía, de solidaridad


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Septiembre/2023 (414 palabras)

2 Responses to Sociedad excluyente

  1. Arsenio Proaño dice:

    Tema de actualidad estimado Fernando, se asemeja a una “sociedad fascista que aparece en el mundo, ideología política y cultural fundamentada en el corporativismo, que exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política.” «cuanto más una persona considere que la igualdad absoluta entre todas las personas es una condición deseable, más a la izquierda estará en el espectro ideológico. Cuanto más una persona considere la desigualdad como inevitable o deseable, más hacia la derecha estará, que poseen un sustento racista o xenofóbico » WP
    «Nunca el mundo ha sido tan desigual en las oportunidades que brinda, pero tampoco ha sido nunca tan igualador en las ideas y las costumbres que impone. En el mundo sin alma que se nos obliga aceptar como único mundo posible, no hay pueblos sino mercados» (Galeano).

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    • Fer Tobar C. dice:

      Gracias como siempre Arsenio.
      La primera parte de tu comentario es política; tu sabes que habitualmente evito escribir o comentar sobre temas políticos.
      Me quedo con la segunda parte: “En el mundo sin alma que se nos obliga aceptar como único mundo posible, no hay pueblos sino mercados”
      Creo que esa frase resume la esencia de la sociedad en la que vivimos: Un mundo sin alma. Y es así porque cada individuo ha renunciado, se ha despojado de su alma, de su identidad. Ha escogido ser una ficha más en esa sociedad que hoy es un inmenso mercado.
      Galeano es brillante.

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