Lenguaje inclusivo

Como complemento a la nota publicada hace unos días: La tiranía de la RAE. (https://fertobar.wordpress.com/reflexiones/la-tirania-de-la-rae/)

A modo de introducción: cámel, achachay, chip, bodi, catering, güisqui, whisky, bluyín, champú, jonrón, espagueti, sándwich, sánduche, pimpón, bulevar, spam, cruasán, tuit, casete, bitcoin, webinario, escáner, escanear, jean, slip, córner, glamur, xerocopia, chofer, esnifar…

Las palabras de otros idiomas que la RAE ha incluido en su diccionario se cuentan por miles; prueba fehaciente de que la RAE quiere un español inclusivo. Aquellas y otras miles que existen no son motivo de cuestionamiento porque no contienen una connotación sexual. Sin embargo, palabras y expresiones con cierta carga relativa al sexo han generado una corriente de opinión que demoniza el lenguaje inclusivo que es esencialmente un modo de evitar segregaciones sobre todo vinculadas a la sexualidad. El mundo actual sigue siendo machista, y los términos genéricos para identificar hombres y mujeres, aun son masculinos, salvo algunas excepciones.

Al lenguaje inclusivo habría que agregarle el lenguaje no binario. Esa forma de referirse a las personas con identidades y orientaciones sexuales que se apartan del tradicional esquema hombre-mujer, macho-hembra. En esencia, el combate al lenguaje inclusivo y no binario tiene sesgo político y moralista, y encubre la hipocresía de una sociedad, que presumiendo de libertad, tolerancia y cobijada bajo dudosas premisas morales y científicas se niega a aceptar una realidad milenaria: la diversidad sexual. Sobra decir, aunque eso es materia para otra nota, que lo inclusivo va más allá del lenguaje.

Mensajes en las redes sociales y escritos informales ya utilizan el símbolo «@» para crear palabras «no sexistas»; lamentablemente ese símbolo no tiene una pronunciación definida. La RAE con su poder es una infinita fuente de rarezas y bien podría definirla como una vocal más del alfabeto con su propia pronunciación. Ya eliminaron la letras CH y LL, aunque se olvidaron eliminar las impronunciables e innecesarias H, X y W, esta última la más inclusiva de las letras. Todas las palabras que empiezan con W y que constan en el diccionario nunca fueron españolas. A diario la RAE crea normas y excepciones; simple sería definir palabras para identificar personas independientemente de su género o preferencia sexual.

Fácil sería simplificar el español: hablaríamos y nos entenderíamos mejor. Estarán de acuerdo conmigo tod@s ustedes (no ustedos ni ustedas) que conversar con amig@s tomándose un güisqui en un cálido y glamuroso bulevar sería una experiencia entrañable.

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Noviembre/2022 (396 palabras)

1 Responses to Lenguaje inclusivo

  1. Cristianne dice:

    Son temas de forma que encubren los reales «problemas’ de fondo😉

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