La vida es una interminable lucha entre dos fuerzas poderosas y opuestas: avanzar o ahuevarse. Cada una suma victorias y derrotas.
Avanzar –en todos los órdenes– es siempre el resultado de mentes visionarias. Personas que tuvieron fantasías, ilusiones y sueños por un cambio, por un mundo mejor, por una innovación, por la solución de un problema.
Visionarios que nunca se ahuevaron ante las barreras y dificultades, y siguieron adelante pese a ellas; que desoyeron los consejos y las «sabias» recomendaciones de aquellos que ahuevan, respaldados por una dudosa sensación de seguridad que los mantiene anclados en un presente que vive y se nutre de viejas y enmohecidas glorias, de costumbres caducas, de complejos no superados y de miedos reverenciales.
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Agosto 2020
mi ventana al mundo 
No habia escuchado esa palabra hace mucho tiempo. La relaciono con el miedo. Miedo a salir de la zona comfortable a lo inesperado. Pero el ser humano siempre enfrenta esto varias veces en el transcurso de la vida,
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Mi disculpa en responder tu comentario.
Muchas gracias por tu comentario.
Con frecuencia evitamos el uso de palabras porque social o coloquialmente no «suenan» bien, olvidando la enorme fuerza expresiva que tienen esas palabras y expresiones.
Un abrazo.
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Buenísimo Fer!
La vida es una carrera de resistencia no de velocidad y hay que inventarse los chaquiñanes mediante nuestros sueños y visiones.
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Mi disculpa en responder tu comentario
Te agradezco, como siempre, por tus valiosas observaciones.
Y tienes razón. La mayor parte de la vida nos vemos forzados a transitar por chaquiñanes. Parece que las autopistas de la vida solo existen en las novelas rosas.
Un abrazo
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