En Tumbaco, en una de sus esquinas más céntricas…
La leche de cabra aún atrae a fieles consumidores.
Verdad o mito, parece tener más beneficios que la leche de vaca.
Lo que no es mito ni fantasía, al menos en nuestro medio, es que la leche de estos simpáticos y sufridos animalitos solo es consumida en las esquinas de las barriadas pobres de nuestras ciudades y pueblos por personas económicamente menos favorecidas.
Más allá del tema lácteo, estas estampas que poco a poco el tiempo las va borrando, aun nos permiten –no a todos lamentablemente– ver que en el mundo que nos rodea hay desigualdades que hieren el alma.
Si bien la leche es para consumo humano, las condiciones de higiene en las que se expende no es nada seguro.
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Gracias por tu comentario.
Lamentablemente la pobreza que aun persiste en nuestro pobre País, fomenta prácticas poco saludables.
Saludos.
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Pues para mí es una de las facetas fascinantes de nuestro Ecuador y sus contrastes. Agradecen mis ojos la posibilidad de encontrarse todavía con escenas como esas. Imaginas si pasaría lo mismo en New York? Irían presas el dueño y las cabras…😅
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Gracias por tu comentario Carmen.
Coincido contigo en agradecer a la vida por permitirnos ver escenas de nuestra cotidianidad que van perdiéndose con el tiempo.
Un abrazo.
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Preciosa estampa muy bien traída a ésta sociedad frívola.
Puede ser que mejoraría suavizando el final. Disculpa lo atrevido porque atrevido si soy
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Como siempre, gracias por tu comentario. Tienes la particularidad de expresar conceptos muy precisos con pocas palabras. No encuentro ningún atrevimiento en tus palabras.
Un abrazo.
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El mundo es así, siempre habrán desigualdades, la mayoría de la gente no las mira ni les hiere el alma; solo se piensa en uno mismo. Es una pena!!!
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Gracias por el oportuno comentario.
Es muy halagador saber que está entre mis lectoras habituales.
Un abrazo.
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