Mi Compadre Teo

Entre aquellas personas importantes a lo largo de mi vida está mi compadre, Teodoro Alvarez Malo. Si mi memoria no me traiciona, corría el año 1969, y cada cual por su lado conoció y se enamoró de las que poco después serían nuestras primeras esposas. Patricias las dos, eran ya muy buenas amigas y lo siguen siendo en la actualidad.

Amigos desde entonces y compadres muchos años después ya de adultos y por esos azares de la vida, el Teo ha sido de todo: amigo, hermano, socio, compinche, compañero en la cátedra, cliente, paño de lágrimas en mis momentos difíciles y alcahuete en los fáciles; consejero, inteligente, emprendedor, muy cultivado. Le falta un riñón y le sobran cojones. Ingeniero por elección, educador por convicción.

Hemos compartido una vida entera. Vimos crecer a nuestros hijos y hemos visto juntos partir a su madre y a mis padres. Compartimos años de actividades en familia, intensos juegos de ajedrez que mi compadre siempre ganaba y que ponían a nuestras esposas en estado de aburrimiento extremo. Almuerzos, cenas, baños con champaña, paseos, bromas y algún mal rato por ahí perdido en el tiempo. Largos años de campamento en nuestras playas. Hemos tenido momentos intensos y conversaciones filosóficas interminables tanto como perrerías intrascendentes. Siempre recuerdo nuestras conversaciones al ritmo de la ingestión de unos descomunales submarinos en palanquetas de pan blanco con jamón, queso, mantequilla, coca cola, tabaco y café, en unas deliciosas tardes de sábados. Alimentábamos nuestro cuerpo e intelecto con fruición.

Esa intensa amistad se extendió luego a nuestras familias y con el tiempo a nuestros mutuos hermanos y hermanas, sus esposas, esposos e hijos. Hoy ese ese gran grupo humano es como una familia muy extensa en la que lamentablemente hay miembros que no se conocen entre ellos. Los hijos tendrán muchas anécdotas que contar a los nietos y ojalá, algunos de ellos pudieran seguir cultivando esa amistad iniciada por los abuelos hace más de cuarenta años.

Nunca nos damos el tiempo para reconocer y expresar nuestra gratitud a esas personas que por destino y por azar llegan a nuestras vidas y se quedan aun sin existir un vínculo de sangre. Aunque en algunas oportunidades hemos conversado de este tema con el Teo, nunca serán suficientes las palabras para reconocer mi inmensa gratitud por su amistad y confianza.

Estas pocas palabras y pensamientos que hoy escribo no son más que mi homenaje de gratitud a ese ser humano alto, no por su estatura física, sino por su talla personal e intelectual. Aunque una simple expresión suene a muy poco para cuarenta y tantos años de amistad, tampoco hay otras palabras o expresiones adecuadas. Termino con un simple ¡Gracias Teo! Lo demás lo llevo en el alma y en la memoria. No he descubierto aun el idioma con el que pueda expresar esos contenidos de modo adecuado.

4 Responses to Mi Compadre Teo

  1. Lorenzo dice:

    ¡Qué bien! Lindas palabras, ciertamente no siempre tenemos la decisión de hacer público nuestros sentimientos, gracias Fernandais por llevarnos nuevamente a esos tiempos en que compartíamos tanto las dos familias.
    Un abrazo para la gran familia Tobar – Álvarez

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  2. Teodoro Alvarez Malo dice:

    Es muy poco lo que puedo decir frente a las expresiones que provienen del corazón desmesurado de mi compadre Fernando. Probablemente sirva para entender el fundamento de nuestra larga hermandad una comprensión compartida : lo que tiene valor no tiene precio. Todo lo opuesto a lo que se negocia en la Bolsa de Valores o en los » mercados». Cuando la palabra tiene valor, lo garantiza todo. Cuando el amor, el respeto, la libertad y un largo etcétera, tienen valor, no son objetos de transacción. Si podemos opinar, interpretar la cotidianidad y decidir sin ofender al otro; entonces podemos construir relaciones intimas, es decir, propias e inexpresables.
    Gracias Compadre.

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  3. Esteban dice:

    Me uno a tu homenaje de gratitud a un incoparable ser humano. En mi caso, una amistad «heredada», que le atesoro más en cada uno de los pocos instantes que ahora tenemos para compartir.

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  4. Patylu Alvarez dice:

    Qué lindo artículo Fernando, me hizo acuerdo de muchas anécdotas que vivimos junto con toda su familia, los mejores recuerdos de la infancia!

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